Por medio de un tuit y haciendo corto circuito a la posibilidad de que la ciudadanía conozca el pronunciamiento de la Corte Constitucional, el presidente Moreno ha convocado a una nueva Consulta Popular. No parece aquel el procedimiento acorde con un gobierno que se proclama como promotor del diálogo político y respetuoso de las instituciones. Nada más lejos del debate razonado que una salida decisionista como ésta, propia de un presidencialismo reforzado que Moreno y sus nuevos aliados dicen combatir en su cruzada anti-correísta.
La #ConsultaVaporqueVa dijeron y lo han cumplido. #VaporqueVa: por la razón o por la fuerza, por la vía legal o más allá de los procedimientos, respetando las instituciones o bloqueando su lugar en el debate democrático, con legitimidad o sin ella. La razón del poder ha terminado por imponerse. Reina, nuevamente, la fuerza de la (criolla) astucia de los que mandan. No otro signo tiene el modo en que parece resolverse la vigente coyuntura: apelando a un resquicio legal, una formalidad, y soterrando la deliberación pública constitucional –que es de jueces y ciudadanos- sobre los contenidos sustantivos de una Consulta que toca asuntos fundamentales para el futuro de nuestra democracia.